14. que obedezcas lo que te ordeno: mantén una conducta pura e irreprensible hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
15. A su debido tiempo, Dios llevará esto a cabo, porque él es el único y bienaventurado Soberano, Rey de reyes y Señor de señores.
16. Es el único inmortal, que vive en una luz a la que nadie puede acercarse. Ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. ¡Suyos sean para siempre el honor y el poder! Amén.
17. A los ricos de este mundo mándales que no sean orgullosos ni pongan su esperanza en sus riquezas, porque las riquezas no son seguras. Antes bien, que pongan su esperanza en Dios, que nos da todas las cosas abundantemente y para nuestro provecho.
18. Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras y que estén dispuestos a dar y compartir lo que poseen.