10. Yo soy el maestro albañil al que Dios permitió poner los fundamentos, y otro es el que está construyendo sobre ellos. Pero cada uno debe tener cuidado de cómo construye,
11. pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto: Jesucristo.
12. Sobre este fundamento se puede construir con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, paja y cañas;
13. pero el trabajo de cada cual se mostrará claramente el día del juicio, porque ese día vendrá con fuego, y el fuego probará el valor del trabajo de cada uno.