4. pero entonces yo espantaré a todos los caballos y volveré locos a sus jinetes. Cuidaré de los descendientes de Judá y dejaré ciegos a todos los caballos de las naciones.
5. Al ver esto, los jefes de Judá dirán para sí: ‘El Señor todopoderoso es el Dios de los que viven en Jerusalén y el que les da fuerzas.’
6. En aquel tiempo haré que los jefes de Judá sean como un brasero entre la leña, como un fuego entre manojos de espigas. Devorarán a derecha e izquierda a todas las naciones vecinas, mientras que los habitantes de Jerusalén vivirán otra vez en su ciudad.
7. “Pero primero yo, el Señor, salvaré a las familias de Judá, para que no crezca el prestigio de los descendientes de David y de los habitantes de Jerusalén por encima de los demás descendientes de Judá.
8. Yo, el Señor, protegeré a los que viven en Jerusalén. Los más débiles de ellos serán tan fuertes como el rey David, y los descendientes de David serán como Dios, como el ángel del Señor, que va al frente de ellos.