4. –¿Qué puedo hacer por ti? –preguntó el rey.Entonces, encomendándome al Dios del cielo,
5. respondí al rey:–Si a Su Majestad le parece bien, y si he alcanzado su favor, pido a Su Majestad que me envíe a Judá, a la ciudad donde están enterrados mis padres, para que yo la reconstruya.
6. El rey, a cuyo lado estaba sentada la reina, me contestó:–¿Cuánto tiempo durará tu viaje? ¿Cuándo volverás?Yo le indiqué la fecha, y él aceptó dejarme ir.
7. Además le dije que, si lo estimaba conveniente, se me diera una orden por escrito dirigida a los gobernadores al oeste del río Éufrates, para que me dejaran pasar libremente hasta llegar a Judá;