23. Luego tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios se la pasó a ellos, y todos bebieron.
24. Les dijo:–Esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos.
25. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba vino nuevo en el reino de Dios.
26. Después de cantar los salmos, se fueron al monte de los Olivos.