5. Mandó otro, y a este lo mataron. Después mandó otros muchos, pero a unos los golpearon y a otros los mataron.
6. “Todavía le quedaba uno: su propio hijo, a quien quería mucho. A él lo mandó el último, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’
7. Pero los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero; matémoslo y la viña será nuestra.’