21. Llegaron a Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar.
22. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley.
23. En la sinagoga del pueblo, un hombre que tenía un espíritu impuro gritó:
24. –¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco. ¡Sé que eres el Santo de Dios!
25. Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole:–¡Cállate y sal de este hombre!