28. Entonces Leví se levantó, y dejándolo todo siguió a Jesús.
29. Más tarde, Leví hizo en su casa una gran fiesta en honor de Jesús; y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, junto con otras personas, estaban sentados con ellos a la mesa.
30. Pero los fariseos y los maestros de la ley pertenecientes a este partido comenzaron a criticar a los discípulos de Jesús. Les decían:–¿Por qué coméis y bebéis con los cobradores de impuestos y los pecadores?
31. Jesús les contestó:–Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos.
32. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan a Dios.
33. Le dijeron a Jesús:–Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos no dejan de comer y beber.