21. pero ellos gritaron más aún:–¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
22. Por tercera vez les dijo Pilato:–Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Le voy a castigar y luego lo pondré en libertad.
23. Pero ellos insistían a grandes voces, pidiendo que lo crucificase. Y como sus gritos crecían más y más,
24. Pilato decidió hacer lo que le pedían:
25. puso en libertad al que habían escogido, el que estaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
26. Cuando llevaban a crucificar a Jesús, echaron mano de un hombre de Cirene llamado Simón, que venía del campo, y le hicieron cargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús.
27. Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de dolor por él, le seguían.
28. Jesús las miró, y les dijo:–Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y por vuestros hijos.
29. Porque vendrán días en que se dirá: ‘¡Dichosas las que no pueden tener hijos, los vientres que nunca concibieron y los pechos que no dieron de mamar!’
30. Y entonces comenzará la gente a decir a los montes: ‘¡Caed sobre nosotros!’, y a las colinas: ‘¡Escondednos!’
31. Porque si con el árbol verde hacen todo esto, ¿qué no harán con el seco?
32. También llevaban a dos malhechores, para matarlos junto con Jesús.
33. Cuando llegaron al sitio llamado de la Calavera, crucificaron a Jesús y a los dos malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda.
34. [Jesús dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”]Los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.
35. La gente estaba allí mirando; y hasta las autoridades se burlaban de él diciendo:–Salvó a otros; ¡que se salve a sí mismo ahora, si de veras es el Mesías de Dios y su escogido!
36. Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban a él y le daban a beber vino agrio,