2-4. El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Durante la cena, Jesús, sabiendo que había venido de Dios, que volvía a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad, se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior y se puso una toalla a la cintura.
19. Os digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creáis que yo soy.
20. Os aseguro que quien recibe al que yo envío me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me ha enviado.”
21. Habiendo dicho estas cosas, Jesús, profundamente conmovido, añadió con toda claridad:–Os aseguro que uno de vosotros me va a traicionar.
22. Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, sin saber a quién se refería.
23. Uno de sus discípulos, al que Jesús quería mucho, estaba cenando junto a él,