14. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, pedisteis que se soltara a un criminal.
15. Y así matasteis al que es autor de la vida. Pero Dios lo resucitó, y de ello nosotros somos testigos.
16. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que veis y conocéis, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que le ha hecho sanar completamente, como todos podéis ver.
17. “Ya sé, hermanos, que cuando vosotros y vuestros jefes matasteis a Jesús, lo hicisteis sin saber en realidad lo que estabais haciendo.
18. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir.
19. Por eso, volveos a Dios y convertíos, para que él borre vuestros pecados.
20. Quizás entonces el Señor os mande tiempos de alivio, enviándoos a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para vosotros.