3. Absalón le decía: “Realmente tu demanda es justa y razonable, pero no hay quien te atienda por parte del rey.”
4. Y añadía: “¡Ojalá yo fuera el juez de este país, para que vinieran a verme todos los que tienen pleitos legales y yo les hiciera justicia!”
5. Además, cuando alguien se acercaba a saludarle, Absalón le tendía la mano, le abrazaba y le besaba.
6. Esto lo hacía con todo israelita que iba a ver al rey para que le hiciera justicia, y así les robaba el corazón a los israelitas.