7. Luego mandó a decir al rey de Judá: “El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres acompañarme a luchar contra él?”El rey de Judá respondió: “Te acompañaré, pues yo, lo mismo que mi ejército y mi caballería, estamos contigo y con tu gente.
8. Pero, ¿por qué camino atacaremos?” Y Joram contestó: “Por el camino del desierto de Edom.”
9. Así pues, los reyes de Israel, Judá y Edom se pusieron en marcha. Pero como tuvieron que dar un rodeo de siete días, se les terminó el agua para el ejército y sus animales.
10. Entonces dijo el rey de Israel:–¡Vaya! Parece que el Señor nos ha traído a nosotros, los tres reyes, para entregarnos en manos de los moabitas.
11. Y Josafat preguntó:–¿No hay por aquí algún profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él?Uno de los oficiales del rey de Israel dijo:–Aquí está Eliseo, hijo de Safat, que era asistente de Elías.
12. –Pues tendrá algo que decir de parte del Señor –contestó Josafat.En seguida el rey de Israel, Josafat y el rey de Edom fueron a ver a Eliseo;
13. pero Eliseo dijo al rey de Israel:–¿Qué tengo yo que ver contigo? Ve a consultar a los profetas de tus padres.El rey de Israel insistió:–No, porque el Señor nos ha traído para que los tres reyes caigamos en manos de los moabitas.
14. Entonces Eliseo le dijo:–Juro por el Señor todopoderoso, que me está viendo, que si no fuera porque respeto a Josafat, rey de Judá, no te prestaría atención ni te miraría siquiera.
15. ¡Vamos, traedme a un músico!Cuando el músico comenzó a tocar, el Señor se posesionó de Eliseo.
16. Y dijo Eliseo:–El Señor ha dicho: ‘Haced muchas represas en este valle,
17. porque, aunque no habrá viento ni veréis llover, este valle se llenará de agua y todos vosotros beberéis, lo mismo que vuestros ganados y vuestros bestias.
18. Y esto es solo una pequeña muestra de lo que el Señor puede hacer, porque además va a entregar a los moabitas en vuestras manos,
19. y destruiréis todas las ciudades amuralladas y ciudades importantes, cortaréis todos los árboles frutales, cegaréis todos los manantiales de agua y llenaréis de piedras todos los terrenos de cultivo.’
20. En efecto, a la mañana siguiente, a la hora de presentar la ofrenda, de la parte de Edom vino el agua, la cual inundó el terreno.
21. Mientras tanto, los moabitas se habían enterado de que los reyes llegaban para atacarlos, por lo que llamaron a filas a todos los jóvenes y adultos en edad militar, y tomaron posiciones en la frontera.
22. Por la mañana temprano, cuando se levantaron, el sol se reflejaba sobre el agua, y los moabitas la vieron frente a ellos roja como la sangre.
23. Entonces dijeron: “Eso es sangre. Lo que ha ocurrido es que los reyes han luchado entre sí y se han destruido unos a otros. ¡Moabitas, vamos ahora a apoderarnos de las cosas que hayan dejado!”