5. Además quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y así purificó a Judá y Jerusalén.
6. Hizo lo mismo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, en las plazas de todas sus ciudades.
7. Derribó los altares, las imágenes de Asera y los ídolos, haciéndolos polvo, y destruyó todos los altares para el incienso en todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén.