50. Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
51. Y aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
52. Y envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una ciudad de los samaritanos, para hacerle preparativos.
53. Mas no le recibieron, porque su rostro era como de alguien que iba a Jerusalén.