1. Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
2. Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.
3. He trabajado llamando, mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.