29. Pero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
31. De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, sino de la libre.