16. ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es niño, y tus príncipes banquetean de mañana!
17. ¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!
18. Por la pereza se cae la techumbre, y por flojedad de las manos se llueve la casa.
19. Por el placer se hace el convite, y el vino alegra los vivos; y el dinero responde a todo.