Crónicas 29:8-15 Biblia del Jubileo (JBS)

8. Y cado uno dio las piedras preciosas con que se halló para el tesoro de la casa del SEÑOR, en mano de Jehiel, el gersonita.

9. Y se alegró el pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con perfecto corazón ofrecieron voluntariamente al SEÑOR.

10. Asimismo el rey David se alegró mucho, y bendijo al SEÑOR delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh SEÑOR, Dios de Israel, nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.

11. Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza.

12. Las riquezas y la gloria están delante de ti, y tú señoreas a todos; y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas.

13. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos el Nombre de tu grandeza.

14. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiéramos ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos.

15. Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días son como sombra sobre la tierra, y no hay otra esperanza.

Crónicas 29